Atacar, defender, mantener la posición y desplazarse por el área de combate son las bases fundamentales de las artes marciales. Esta disciplina es practicada en distintos lugares del mundo y se ha comprobado que ayuda a mejorar la flexibilidad corporal.
Con el fin de aumentar dicha flexibilidad, se suele utilizar dos técnicas primordiales de entrenamiento: el calentamiento previo, con estiramientos ligeros y el streching, que consta de tres etapas, la tensión, relajación y extensión.
Entre otros métodos encontrados están, la técnica de flexibilidad dinámica y la técnica de estática. En la primera se utilizan presiones, rebotes, desplazamiento y lanzamientos repetitivos, mientras que en la segunda, la persona se mantiene en el mismo lugar y utiliza solo los movimientos de brazos y piernas.
En las artes marciales, la fuerza y la flexibilidad son dos términos inseparables que se logran a base de esfuerzo y sacrificio. Si buscas incrementarlas, entonces anímate a practicar este deporte.