Nuestros sentidos ahora pueden actuar como controladores a la hora de alimentarnos. Una investigación realizada en Holanda afirma que el olfato tiene la capacidad de medir las porciones que ingerimos y con ello una posible pérdida peso.
Los expertos han indicado que los olores fuertes ayudan a disminuir la cantidad de alimentos que ingerimos; ya que, nos permiten estar saciados.
En tanto, los aromas familiares no ayudan a limitar su consumo, sino que nos posibilita a dar mordiscos grandes y hasta de manera compulsiva.
Los nutricionistas opinan que masticar bien los alimentos es fundamental y a esta conclusión se ha llegado con el experimento. Así que, si buscas alimentarte adecuadamente, tus sentidos podrán ayudarte a este fin.