Cuando entrenamos muchas veces necesitamos que nos acompañen toda una serie de circunstancias para poder rendir al máximo. Por un lado, disponer del tiempo adecuado, sin prisas, para realizar nuestros ejercicios de manera relajada y sin estrés, dedicando a cada fase del entrenamiento los minutos que merece para progresar de forma óptima. Por otro, disponer de la motivación suficiente nos permitirá superar esos momentos de bajón o de poca implicación con el ejercicio por los que todos pasamos en algún momento.
Así que en este post vamos a hablarte de una de las mejores formas de motivarse que existen en el mundo del deporte: entrenar para competir. Si no lo has hecho nunca ha llegado el momento de planteártelo e introducirte en el apasionante mundo de la competición deportiva.
Y no es necesario que compitas a nivel profesional, puedes hacerlo fijándote una meta como un medio maratón para demostrarte a ti mismo tus avances. Por ejemplo, una buena opción sería apuntarte al Reto #Nolimits, que te desafía a correr la cifra de 100 km en un plazo de dos meses. ¿Los premios? Un pack completo para que un amigo y tú participéis en el Maratón de Berlín (dos dorsales + vuelos + dos noches de hotel), sesiones gratuitas de fisioterapia deportiva o entrenar con el runner experto Pablo Villalobos en persona.
Como gran parte del éxito está en la motivación, si necesitas una dosis extra aquí van unas cuantas ventajas de entrenar enfocándote en una competición:
- Mayor implicación. Si corres con un objetivo a corto o medio plazo en mente, como puede ser un maratón, sacarás el máximo partido a tus sesiones de running.
- Mayor planificación de las sesiones. En efecto, si vas a participar en una competición y quieres observar una mejora en tu rendimiento tendrás que trabajar duro, pero con sesiones en las que la exigencia aumente de manera progresiva, cumpliendo con tu calendario hasta llegar al día de la gran prueba estando al máximo de tus posibilidades. Ello te hará ser constante para alcanzar tu meta.
- Mayor nivel de compromiso. Qué duda cabe de que tener en mente una fecha en la que medirte contigo mismo es todo un aliciente para superar tus puntos débiles. Olvídate de excusas. Si cambias un horizonte difuso por una meta bien definida, solo resta echarse a correr para alcanzar la línea de llegada.
- Mídete con otros corredores. El running es una actividad que puede realizarse tanto individual como colectivamente, así que aprovecha que vas a prepararte para correr en una prueba colectiva y entrena con otros que, al igual que tú, quieren ponerse a prueba sobre el asfalto. Te permitirá evaluar en qué nivel de preparación te encuentras con respecto a otros corredores, a aprender rutinas y trucos que te gusten de los demás y a aumentar tu motivación al compartir con otros tu objetivo.
- Evalúa tus resultados. No sabes hasta qué punto te subirá la moral comprobar que, día tras día, tus marcas van mejorando: aumentar el trayecto recorrido, mejorar el ritmo de carrera, menor grado de cansancio, etc. Te aconsejamos que lleves un registro actualizado de tus progresos para aumentar tu motivación hasta la estratosfera.
Ya sabes, apúntate a la competición que más ilusión te haga y empieza a mover los pies para partir en dos la cinta de meta.