Invierno, la mejor época para esquiar

El esquí: el deporte de invierno por excelencia

Puede que no lo sepas pero el esquí es uno de los deportes más antiguos del planeta. Se calcula que hace ya más de 5000 años que los escandinavos empezaron a adentrarse en este ejercicio como una manera de poder desplazarse de un lugar a otro. Hoy en día ya no se usa tanto como transporte individual sino como una práctica durante el invierno que ha ido captando, cada vez, más adeptos por ser divertido a la par que saludable. Ahora estamos en plena temporada para disfrutar del esquí. Si te llama la atención aún estás a tiempo, existen portales donde encuentras grandes ofertas de esquí en Grandvalira, ni más ni menos que la estación más grande del Pirineo. Según un estudio elaborado por la agencia oficial de promoción turística en Francia, Atout France, España cuenta con más de dos millones de esquiadores, lo que sitúa al país en el séptimo puesto como mercado emisor de turismo de esquí en el marco europeo. Uno de estos portales online, por ejemplo, es Esquiades.com, donde se puede encontrar un amplio catálogo de ofertas para hacer esquí en Andorra, España y Francia.

Existen dos tipos de esquí: el alpino y el de fondo. El primero es, sin duda, el más practicado y fue el que surgió por una mera necesidad. La idea básica es la de deslizarse por la nieve (en unas pistas adecuadas para ello), disfrutar del descenso y llegar a la parte más baja. Como es lógico, existen diferentes tipos de pistas que marcan la dificultad que tienen cada una de ellas. Así, se pueden encontrar para los niveles básicos, que se están iniciando, así como para aquellos que tienen un elevado nivel. Por su parte, el esquí a campo traviesa o de fondo se basa en recorrer largas distancias (en las competiciones pueden llegar hasta los 150 kilómetros), en el menor tiempo posible, por zonas onduladas o llanas.

Además de las espectaculares vistas (y un aire puro, que ayuda a tonificar los pulmones, lo que favorece la oxigenación de la sangre) de las que se goza mientras se practica el esquí y de ser divertido, existen otros muchos motivos para practicar este deporte. Y, a buen seguro, esto es lo que le ha convertido en el deporte estrella del invierno. Para empezar, pone en forma todo el cuerpo. Especialmente los cuádriceps, ya que son los músculos que más se emplean al deslizarse por la nieve, pero también los brazos, los glúteos y los abdominales. Así, se pasa un rato entretenido y se gana en salud. De hecho, se pueden llegar a perder hasta 650 calorías por cada hora en la que se practica este deporte. Por supuesto, todo dependerá de la intensidad con que se lleve a cabo.

Es un deporte para todos porque su principal función es que ayuda a relajarse y desconectar de todo lo demás. Es ideal si se quieren dejar atrás todos los problemas y el estrés mismo. No hace falta ser un deportista experimentado para practicarlo, sólo hay que saber escoger qué pista es la más adecuada en cada caso. El nivel, se adquiere con la práctica.

Otra de sus grandes ventajas es que se puede practicar solo o en compañía. Permite que grupos de amigos y familias disfruten al mismo tiempo, cada uno, a su ritmo. En las mismas estaciones de esquí se pueden encontrar zonas de ocio que ofrecen diversas actividades para todos los gustos.


Es una buena manera, también, para ponerse uno mismo a prueba, para saber dónde están los límites y superarlos. Está claro que lleva un cierto riesgo consigo pero es precisamente esto lo que lo convierte en más atractivo. La misma emoción de practicarlo se transforma en adrenalina y la sensación es de lo más placentera, aunque no está de más que conozcas algunos consejos para evitar los riesgos al esquiar.  Lo ideal es mantener la práctica como un hábito constante, sin exigirse mucho al principio pero viendo que se pueden aumentar las exigencias con el tiempo.

Material necesario para practicar esquí

Como habrás podido imaginar se requiere de una indumentaria muy concreta para poder esquiar. La parte positiva es que en las estaciones de esquí se puede alquilar todo lo necesario, si se está comenzando. A medida que el esquí se convierta en un imprescindible y se quiera practicar más, lo habitual es hacerse con un equipamiento propio.

No pueden faltar unas buenas gafas de sol homologadas que protejan a los ojos de los fuertes rayos del sol. No hay que olvidar que el sol se refleja en la nieve. También es recomendable ropa apta para zonas de montaña, que no es difícil de encontrar, y que sea impermeable (hasta los expertos se caen, de vez en cuando).

Las botas, los esquís y las fijaciones son de los elementos más importantes, junto con los bastones. Lo mejor es acudir a tiendas especializadas para que aconsejen en función del nivel, edad, peso... Así se puede contar con la mayor seguridad y disfrute una vez que se esté en la montaña.

Aunque su uso no está muy generalizado aún, hay quienes ya optan por sumar a este equipamiento un casco que proteja de posibles lesiones. No hay que olvidar que en el esquí alpino se pueden alcanzar hasta los 100 kilómetros por hora durante un descenso.

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