Más energía, más vida

Es bien sabido, que tanto la actividad física como la buena alimentación, son factores claves para llevar una vida más saludable y prolongada.

No obstante, muchos desconocen que la vitalidad misma de nuestras acciones, guarda una relación directa con nuestra calidad de vida.

Por ejemplo, si bien el caminar siempre es beneficioso para el organismo, resultará más conveniente realizar la actividad a un paso relativamente rápido, sin que esto implique correr.




Igualmente, acciones cotidianas como el levantarse de la silla o cocinar, pueden ser mejor aprovechadas si las efectuamos con energía.

Este fenómeno responde a que las personas con menor vitalidad tienen mayores probabilidades de contraer diferentes enfermedades.

En tal sentido, estudios recientes determinaron que aquellos que realizan un mayor desgaste de energías durante su juventud, tendrán una vejez más saludable y longeva.

Otra forma de estimular nuestra energía natural, es por medio de los ejercicios básicos de equilibrio, como el mantenerse de pie con una sola pierna el mayor tiempo posible.

Compartir este artículo