Recientes investigaciones sobre la relación de la vitamina D con el llamado síndrome metabólico, la conjunción de varias enfermedades en una mismo persona, han determinado que su deficiencia aumenta el riesgo de enfermedades como la diabetes, la hipertensión y la obesidad.
Las personas mayores de 50 años tienen mayor peligro de desarrollar una deficiencia a la vitamina D, esto porque con el aumento de edad decrece la habilidad que tiene la piel de convertir la vitamina D a su forma activa. Por ello, los médicos recomiendan al adulto mayor consumir vitamina D en suplementos.
Puedes encontrar vitamina D en alimentos como las conservas de atún, los cereales, el yogurt y la leche de vaca o la de soja, también en suplementos o en la exposición natural a la luz solar. Si optas por esta última forma de consumo, realiza periodos cortos de baños de sol para evitar los problemas de la piel.