El trapecio es una disciplina que tiene cualidades artísticas y deportivas. Requiere tanto de fuerza como de flexibilidad, y su práctica constante trae beneficios estéticos y mejor musculatura. El principal beneficio del trapecio, es que permite afinar la musculatura del torso, especialmente de los hombros y abdominales.
Sin embargo, la práctica del trapecio no es para todos. Tiene como requisito el tener unos brazos desarrollados y unos abdominales trabajados para poder soportar la presión y el peso resultante. De lo contrario se aumenta el riesgo de una caída a gran altura, así como de lesiones y problemas musculares.
Para practicar el trapecio, se comienza con una rutina de calentamiento. Se utiliza una barra en el suelo, se sube escalando una cuerda y una escala. Un ejercicio consiste en trabajar los hombros y los abdominales suspendiéndolos del trapecio. Subir las piernas manteniendo la espalda derecha, el vientre hacia adentro y relajando lentamente.
También es posible reforzar los abdominales, hombros y dorsales. Colgarse de la barra con los brazos, y colgar también las piernas recogidas, haciéndolas pasar entre la cabeza y la barra. Después, volver a estirar las piernas, pero sin desplegarlas completamente, puesto que puedes soltarte de la barra del trapecio. Y volver tranquilamente a la posición inicial. Repetir de tres a cinco veces.