Contrariamente a lo que muchos creen, elaborar una dieta balanceada que nos ayude a perder o controlar nuestro peso, no debe ser sinónimo de pasar hambre o privarnos, necesariamente, de nuestras comidas favoritas.
Los alimentos poseen diferentes cantidades de calorías en un volumen específico, a lo que se le conoce como densidad de energía. Este fenómeno orgánico, es el que finalmente determina que ciertos alimentos nos engorden más que otros, al margen del tamaño de cada uno de ellos.
Lo ideal para mantener una alimentación óptima, es saber combinar bien lo que vamos a comer. Para ello, es recomendable disminuir al máximo el consumo de frituras y dulces, debido a la alta concentración de calorías que presentan.
Incluye en tu alimentación diaria agua pura, fibras, lácteos, carbohidratos, carnes y legumbres. Un menú sugerido a base de estos parámetros, puede estar compuesto por una sopa de vegetales como entrada, un sándwich de pavo con ensalada en pan integral, como plato principal y de postre un batido de frutas.