La temperatura corporal, al igual que nuestro nivel de defensas, se encuentran estrechamente ligados a la dieta que llevamos. Por tal motivo, en temporada de invierno los nutricionistas recomiendan el aumento del consumo de frutas, proteínas y líquidos.
El consumo de alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, además de reforzar nuestras defensas, nos brindan una mayor energía, reduciendo la sensación de frío.
Otra vitamina que posee propiedades similares es la E. Podemos encontrarla naturalmente en los cereales, frutos secos, aceite de oliva y vegetales de hoja verde.
No te olvides del hierro. Una dieta carente de este mineral durante temporadas frías, disminuye la proliferación celular y la respuesta inmunológica. Para ello es recomendable incluir en nuestro menú comidas que contengan lentejas, frijoles, habas y guisantes.
Una buena forma de prepararte contra el frío, consiste en tomar un batido nutricional a base de tamarindo, guayaba, manzana, ciruelas, jugo de naranja y canela. Esta combinación es ideal por su alta concentración de vitaminas.